Llevo medio día
viendo sus largas piernas
porque no me importan
su rostro o sus manos
o sus caderas.
Llevo medio día
siguiendo sus muslos gacela,
felina y mujer,
porque no me interesan
sus palabras o sus pechos
o su amor.
Llevo medio día
persiguiendo su entrepierna,
pero he descubierto
que una conspiración
entre falda,
ángulos
y sombra,
han censurado mi conquista.
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