Uno: Luz
He velado armas toda la noche anterior
y tú no estás aquí.
Sujeto siempre a la tormenta,
a ese naufragio refugio agrio,
mis palabras son más oscuras
que las noches donde no has estado.
A cada verbo lo tomo por el sexo,
y a ciegas
somos la ribera,
la raya al fondo del día,
lo desprendido de las estaciones.
Dos: Agonía
El amor se dobla de cansancio,
pero ni las redes de los pescadores
ni la soledad salina de los marineros
lo comprendería.
Ah, recordar nunca fue pecado,
porque éste nunca ha existido.
Su silencio herido
pasó por cada canción.
Tres: Recuento
Ah, la que astilló de primaveras
el rumor del día
la inocencia;
ah, la que llagó su deseo
y dejó al agüacero
descalzo y sin sombrilla;
Ah, la que dio la espalda
y nunca escampó;
ah, la que amarró del mástil
a la hija perdida,
la que no correrá las cortinas
ni presentirá la hora de volver a casa,
la que no dormía, la que aullaba,
la que fue furiosa alevosía.
Cuatro: Travesía
El mar es un latido.
Es falso aprender a nadar,
debiera enseñarse
a tragar agua con los pulmones
y sonreír.
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