lunes, octubre 22, 2007

En attendant

¿Cómo te voy a reconocer
cuando vuelvas a venir?,
¿por qué serás tú
que no otra
cuando alta la marea crepuscular
nos señale
hacia dónde vamos?

Ahora mismo andas por el mundo,
con tu vestido claro
o con ese abrigo
que aún no te pongo.

Yo,
ando sin tu mano y sin tu mundo,
sin tu nombre y sin nosotros,
sin nadie, sin tú, sin yo.

Cuando vuelvas a venir,
no habrá poema de bienvenida
y mucho menos
rosas sobre la mesa,
entra y desnúdate,
vacía tu tiempo por la casa,
aquí no hay retrasos
o reclamos innecesarios,
entra y permanece,
que te he buscado
desde Montale hasta Villaurrutia
donde, como si un fantasma te guardara,
te encuentro pero no te conozco,
no sé tu nombre y,
a pesar de todo,
otros ya te han llorado.

Cuando llegues
no hagas ruido,
enciende la radio
y escuchemos el largo olvido
que dejan tus pájaros,
desabrocha la voz
y cuelga en el perchero
todas tus incertidumbres,
que mañana sabremos
nuestros verdaderos nombres.

Entra,
mientras termino de acariciar
las cuerdas
por donde el cansancio
es agridulce llaga
que ha firmado tu presencia.

1 comentario:

Adriana Romero-Nieto dijo...

Hola Conejito!!!
Cuánto tiempo, cuánta vida, cuánto!!!

No es mi momento para leer esta clase de poemas, no es mi momento para muchas cosas. Pero a pesar del destiempo, gracias por darnos los versos, gracias.

Saludos:
Adriana.