en su eco inamovible,
hablar de utensilios pasados
inasible mariposa nocturna,
cruzo tus hojas
sin labios.
Un tiempo que jamás
tuvo el tuyo,
un destiempo
donde no te veré amanecer
ni tampoco
cerraré tus ojos
alguna noche de invierno.
El desamor es un cáncer
vergonzoso, humillante.
Heme aquí
que sella el día sus alas,
allá estuvimos
y la mar lucía
la vendimia
al caer su crepúsculo.
Me apena esta tristeza,
larga resaca
que amorosa me llama.
Y quisiera llorarla
y debiera aceptarla
y todo a ti.
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