en sus raíces ardía,
amargo y apacible Tormes
batiendo en tus ojos.
Atravesada
como Salamanca
por el río
tu amor
tiene dos orillas.
Recorro tus puentes,
los siglos sin pólvora
de tu latido.
Construiré canales,
muelles para escucharte
andar encendida
entre la arboleda,
me adentraré en tus tardes,
hacia tu noche huiré.
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