una palabra a media voz,
tal vez el ruido de algo fugaz,
la sombra de lo tocado,
memoria de un laberinto
del cual sería mejor
nunca salir.
Hay paréntesis que no buscamos,
resquicios que atesoramos
y que, sin dedos,
nos tocan felinamente.
Así paso mi mano
por estas palabras,
mi verbo que ahora te pertenece,
así puedo acariciarte,
estar contigo
sin que lo sepas.
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