Han venido con furiosas astillas,
Con sus nombres de vidrio hostil
Sobre ti,
¡Apunta conmigo!,
Vamos al frente desde ahora.
Viraje a tu itinerario,
Fuego y cal sobre tus huesos.
¿A quién dirigir toda la garganta, fallida Penélope,
Si nadie avanza ni tu sombra queda?
Arden o se hunden y pálidos naufragios y marinos
O tristes anémonas perdiendo algún astro
O la botella a medio ahogar y el largo crepúsculo
De húmedas mariposas
Cenicientas o cristalinas rodando y destruyéndose
Inermes y de reinos perdidos y grandes países
Lejanos.
Desangrada niebla sacude las ruinas,
Antes una lluvia nocturna parecida a una fila de cometas,
Cuidada,
Amanecía sin horrores en las alas. Dormía.
Así venían todos esos caníbales perros,
Envidiosos,
Pisando espumosa alba:
Y su largo luto sobre los hombros
Y su boca abriendo camino a la tormenta
Y su cuerpo un arado interminable
Y sus ojos oliendo todo a su paso
Y la caricia dibujada como radiografía sobre arena
O sedosa sal desprendiéndose sin odio ni rencor
Ah el sonido del mar moribundo
Ah las imprecisiones del cauce dado
Ah el luto vencido
Octubre
Cae con sus canarias gotas del calendario
Y su silencio a quemarropa
Violento
Larga travesía:
Hasta siempre, corazón.
Con sus nombres de vidrio hostil
Sobre ti,
¡Apunta conmigo!,
Vamos al frente desde ahora.
Viraje a tu itinerario,
Fuego y cal sobre tus huesos.
¿A quién dirigir toda la garganta, fallida Penélope,
Si nadie avanza ni tu sombra queda?
Arden o se hunden y pálidos naufragios y marinos
O tristes anémonas perdiendo algún astro
O la botella a medio ahogar y el largo crepúsculo
De húmedas mariposas
Cenicientas o cristalinas rodando y destruyéndose
Inermes y de reinos perdidos y grandes países
Lejanos.
Desangrada niebla sacude las ruinas,
Antes una lluvia nocturna parecida a una fila de cometas,
Cuidada,
Amanecía sin horrores en las alas. Dormía.
Así venían todos esos caníbales perros,
Envidiosos,
Pisando espumosa alba:
Y su largo luto sobre los hombros
Y su boca abriendo camino a la tormenta
Y su cuerpo un arado interminable
Y sus ojos oliendo todo a su paso
Y la caricia dibujada como radiografía sobre arena
O sedosa sal desprendiéndose sin odio ni rencor
Ah el sonido del mar moribundo
Ah las imprecisiones del cauce dado
Ah el luto vencido
Octubre
Cae con sus canarias gotas del calendario
Y su silencio a quemarropa
Violento
Larga travesía:
Hasta siempre, corazón.
París
1 comentario:
Pues deberías volver. el hogar no es donde se nace, sino donde se siente el calor en el cuerpo
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