jueves, septiembre 06, 2007

Poemas para días tristes

Saudade

Y estuve a punto de cambiar tu mundo,
De cambiar tu mundo por el mundo mío.
José Alfredo Jiménez


Es la hora en que se cierne carnívora y solitaria la tarde, es la hora en que abrazo la corrompida sed que me traga, es la hora en que la ducha me conduce a sacrificarte, es la hora en que tristes brazos se sienten indefensos del agua: Es la hora en que más te alejas, cuando ya sabes a pérdida. Y vuelvo a pasar por tu luto, con tu cuerpo, conmigo mismo que es la peor noticia. Es la hora en que nada nos da la gana, es la hora en que me arrodillo contigo sin que lo sepas, es la hora en que bebo infante toda la terrible ausencia que provocas, es la hora en que la poesía no sana, y de nada alivian los boleros. Es la hora en que estoy más yo que nunca, tan yo que me vuelvo a ti con el rostro sin carne.

1 comentario:

A. Estandía dijo...

Me ha aclarado este día grisáceo. Gracias.