miércoles, mayo 25, 2011

Anonimato

El día de mi muerte será soleado y violento,

lejos de este país seré mi dios y mi diablo.


Cantarán rayados los árboles en su claridad,

no tengo miedo.


El silencio,

única voz esgrimida por mi cuerpo.


Que sea vacío y no luto,

que por los versos acuda mi recuerdo.


Que haya niños y pájaros,

que todas las manos que busqué me olviden,

que nadie ondee su adiós.


No más argumentos o disonancias,

no más cuentas ni reproches,

sólo un día soleado y violento.

miércoles, enero 12, 2011

Se dejaba llevar

Se dejaba llevar

por las naves que al viento

estremecían sus palmeras suspiros.

Sus huellas,

un discurso mediterráneo

colisionando vivo.

Desordenados días sin remitente

armados tan solo de balcones compañía

por donde asomaba reina su prodigio.

Se dejaba llevar

y la tarde la seguía

por la lluvia mirando atrás.

Se dejaba llevar

empuñando una melancolía

o blandiendo con su presencia

una por una

irreparables

mis alegrías.

¿Irás y no volverás?

Recorro sin dientes el otoño

Al que llego a ti a destiempo.

Yo,

Te miraba abandonado por los dedos

Que respiraron vacíos a tu deriva nórdica,

Que imperfecto icé el tal vez a tu boca

Cuando despertaron tus pechos ajenos de tormenta.

A veces ocurres allá morosa

-frente al Mirablau-

Para cerrar la lengua sin otoño

De un verano humilde,

Noviado,

Fósil.

I

Desde ti nos sacude el mar

Sellando su puerta detrás del aire,

Como si procurara sobrevivirse contigo.

II

Quien espera tu respuesta

No espera nada

Si no tu andado

De hilo, las sombras,

En mi carne insurrecta.

III

Si tú te vas

Asomaré las ventanas

Desprendidas

A tu gobierno fugitivo,

Amueblando aquel julio

Habitado

De mundo por tu milagro.