Primera semana
Voy contando los cuervos,
pájaros agazapados
en las cornisas;
alzo las manos
al silencio sin escamas.
Cuando ya he dicho corazón
y se aceda la distancia.
Cuando he dicho cariño
y aún espero que al alba
decidas quedarte.
Cuando ya se forma la palabra amor
y no sabemos siquiera qué es.
Segunda semana
Esta mañana descubro tu cuerpo,
como un alba sin nombre
por donde han pasado mis huellas,
me aferro a las gaviotas
dormidas sobre tu espalda,
me agosto en tu arena
por donde enjugamos
turbia impaciencia.
Nombro tus muslos húmedos,
manos de abrazados lirios,
descalza fatiga
que apretada nos habita.
Paso por tu tormenta
mordido,
contigo,
a la deriva.
Tercera semana
Retratado en mis llagas,
mis cenizas tiemblan
sin máscaras contigo.
Te irás con la lluvia de marzo,
con tu vestido azul
y de golondrinas despedida.
He andado por un paseo de palmeras,
castaña ternura
-donde ocultamente-
lloro mi alegría de labios,
añil llamada reverdecida
donde me arrojo a tu valle de espejos.
Hallo la entrada a tu laberinto,
a su agua trenzada,
avanzo dentro de ti.